Innovación social: la base del desarrollo económico. Omar de León (10-03-2013)

Evolución del concepto «innovación»

La innovación está vinculada a los procesos de transformación social y económica, pero el concepto no consigue cristalizarse hasta la llegada del siglo XX. El primero en acuñar este concepto fue Schumpeter, cuya teoría fue compilada a su muerte por el norteamericano Paul Sweezy y que también habló de desarrollo. Ya antes Adam Smith había hecho alguna referencia a estas ideas en su archiconocido ensayo sobre «La riqueza de las naciones» y, posteriormente, Paul Samuelson desarrolla la síntesis neoclásica que mezcla la macro y la microeconomía. También destacan los aportes de David Ricardo que influyeron ampliamente en las posteriores teorías marxistas, que ponen el énfasis en la estructura económica, las relaciones productivas y en la importancia de la técnica para conseguir el desarrollo. Según la tesis de Marx quienes poseen los medios de producción y, en definitiva, quienes ostentan el poder material y económico, son los que determinan la configuración política de la sociedad.

Teoría del Desarrollo o del Desenvolvimiento Económico (Schumpeter, 1976)

El proceso de crecimiento económico es un aumento continuo de la producción, pero lo verdaderamente importante noes conseguir un aumento cuantitavico, sino alcanzar un desarrollo cualitativo que consiga mejorar los productos. Por tanto la innovación puede manifestarse con la creación de un nuevo producto, desarrollando una nueva forma de producción, con una apertura hacia nuevos mercados, renovando las fuentes de aprovisionamiento o llevando a cabo cambios en la organización. En resumen, las empresas no sólo compiten con los precios, sino también con la tecnología,de tal forma que cuando se conjugan en la historia determinados productos con unas determinadas relaciones entre sí, se produce lo que denominamos «crecimiento económico». En este sentido, el autor introduce la idea de los ciclos económicos que, según él, están compuestos por fases de expansión u ondas largas y por crisis periódicas que se manifiestan después de un ciclo largo en el que hay un racimo de innovación que se manifiesta en los mercados. Otros autores como Maddison niegan la validez de esta teoría, señalando que «la capacidad empresarial es un recurso constante, pero determinado por condicionamientos históricos y ambientales que la potencian o la disuaden».

Por otra parte, para Shumpeter todo gira en torno a la figura del empresario, al que identifica como agente imprescindible para la innovación. Sin embargo, en su obra «Capitalismo, socialismo y democracia», Schumpeter se lamenta de que que la figura del empresario haya quedado superada por la historia debido al desarrollo de las grandes empresas. Esto quiere decir que, tradicionalmente, el agente innovador ha sido absorbido por la empresa capitalista transnacional, que es la única con la capacidad económica suficiente para asumir la mayoría de los procesos de innovación. En consecuencia el poder innovador ya no está en manos del empresario, sino que se concentra en los grandes consejos de administración. Conservadores como Ralph Darendorf se adhieren a esta teoría para justificar la socialización del capitalismo y el desarrollo de un modelo basado en el reparto de poder, mientras que otros autores más progresistas como John Galvraith critican esta nueva tecnoestructura y ponen en cuestión esa supuesta separación entre el control y el poder, ya que, en definitiva, quienes siguen controlando los medios son los mismos que quienes lo hacían hace dos, tres, o quince siglos.

Con respecto a la competencia, Schumpeter considera que ésta ha de basarse en la innovación y la creatividad. Piore completa esta idea indicando que los procesos de innovación pueden surgir de sistemas difusos donde se dan determinadas condiciones que los favorecen. Desde un punto de vista convencional, la innovación es la unión entre Investigación y Desarrollo (I+D) y también la suma entre tecnología y competencia. Desde esta perspectiva, las innovaciones pueden ser radicales o incrementales, pueden afectar al proceso o al producto y pueden ser tecnológicas o no tecnológicas. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que si lo que se busca es un desarrollo integral y significativo, la innovación no puede quedar circunscrita a estos terrenos, sino que su verdadero efecto innovador se produce cuando se desarrolla en ámbitos más complejos y críticos. Estamos hablando, por supuesto, de innovación social.

La innovación social

Esta innovación, que es el resultado de la articulación de los recursos sociales, solo puede alcanzarse mediante la puesta en marcha de determinadas estrategias políticas. En consecuencia, tenemos que asumir que la innovación social es, en definitiva, una cuestión ideológica que relaciona a los individuos y a los grupos organizándolos entre sí. Podría decirse, por tanto, que la innovación social es el aprovechamiento de nuevas ideas que satisfacen objetivos sociales y que afectan positivamente al mayor número de personas. Es consolidar la participación de la propia comunidad y de los beneficiarios, fortalecer la ciudadanía y consolidar la democracia para desarrollar un sistema en el que los protagonistas sean las personas, los grupos y sus relaciones y no las cosas y el dinero.

«Nunca andes por el camino trazado pues él te

conducirá únicamente donde otros ya fueron»

                                                                                                 Alexander Graham Bell

Conocimiento, espacio y actores en la innovación social. Alberto Arce.

La innovación social es una aproximación metodológica, pero también es una posición ontológica para entender el cambio social. Esta posición reconocen los actores la capacidad de la creatividad social para producción de espacios de innovación. La movilización social de los actores, la democratización del conocimiento y la potenciación de los espacios colectivos, hace emerger movimientos cívicos con la fuerza suficiente para lograr cambios sociales importantes y visualizar lo público como una propiedad diferente a la propiedad privada, colectiva y estatal.

1. Antecedentes

La innovación social es una orientación política de la investigación social aplicada que se sitúa dentro del campo del desarrollo, gobernabilidad y mundialización. Esta perspectiva se va generalizando progresivamente a partir de los años 50, generando un cambio en las orientaciones políticas para el desarrollo, en las que se comienza a dar relevancia a la movilización social para la promoción del mismo. En este contexto de políticas participativas para el desarrollo se introduce la deliberación cívica y participativa. Es aquí donde encontramos los orígenes de la innovación social, una alternativa al discurso desarrollista que rescata y valora las variadas formas que asumen las realidades sociales y políticas del mundo desde las experiencia de los actores vulnerables y sus estrategias en la vida cotidiana para resolver ellos mismos difíciles problemas de existencia.

En los 70, esta relación evolucionó y se generó un reconocimiento a las formas externas de conocimiento, la tecnología y la gestión. Sin embargo, esto ha de ir de la mano de un proceso de cambio en el que se enfrenten problemas más estructurales como la desigualdad social y la falta de participación política. Esta perspectiva contribuye a desarrollar una ciencia más comprometida con la realidad, contradictoria y desigual y proponer soluciones a los diferentes problemas políticos, culturales y sociales de cada comunidad.

En la década de los 80, las preocupaciones se centraron en las cuestiones de género, los medios de vida y los derechos humanos como herramientas para el desarrollo rural. Este enfoque es crítico con las acciones institucionales de intervención planificada y ve en las respuestas locales una movilización social que afecta a la estabilidad política de la sociedad en general.

En los años 90 se abre un período de estancamiento en los estudios del desarrollo, que empiezan a replantearse las relaciones entre el Estado y la sociedad civil. Específicamente, se comenzó a entender que las acciones cotidianas de los actores estaban situadas en complejos procesos de intervención política y de conflicto. Se asume que los actores son activos y responden a las potencialidades de estos encuentros, redistribuyendo públicamente sus experiencias a través de las acciones de la vida cotidiana. Esto implica la necesidad de reconocer que las relaciones del estado y la sociedad civil son parte de un complejo proceso en que las políticas públicas son una forma de reproducir el poder burocrático, pero también son el punto de partida del proceso de intervención social.

En resumen, en los antecedentes de la innovación social hay un reconocimiento del conocimiento de las prácticas de la vida cotidiana de los actores, en los espacios académicos y prácticos. De esta reflexión comienza a surgir la enunciación de que las políticas públicas deben fundarse en la evidencia de la realidad y experiencia de los actores. Parte del objetivo era entregar evidencia etnográfica, pero también imágenes de lo negativo de las prácticas de administración y gobernanza de los proyectos para el desarrollo planteados por los grandes poderes, paquetes creados en la distancia de los organismos internacionales y que por tanto presentaban un claro desajuste e irrelevancia social.

2. Nuevas subjetividades, territorios y creatividad social

El cambio social dentro de la capacidad de la modernidad y de la disparidad existencial de las diferencias de clase se transforma en un estado líquido entre la intención de los modelos y la realidad cotidiana. El resultado es una brecha de exclusión que la orientación de la innovación social identifica como el objeto de estudio y práctica de los estudios contemporáneos sobre el desarrollo social y el problema alrededor de las jerarquías que dividen los espacios.

En este sentido, los actores sociales han de potenciar su capacidad y habilidad para organizar posibles soluciones a sus problemas movilizando el conocimiento encarnado en la propia experiencia de esos actores, su organización social y su paisaje. Es en el descubrimiento de la potencialidad de la acción social y en el vigor de los encuentros que se generan donde surge la creatividad.

3. Evidencias sobre la creatividad social en el mundo contemporáneo

Los conflictos sociales contemporáneos crean interacciones, de las cuales emergen nuevas formas sociales con la potencialidad de consolidarse como soluciones a problemas vitales de los actores, que retoman el control de sus espacios a través de sus acciones liberando la creatividad social. El autor ilustra la importancia de la acción social mediante la presentación de cuatro casos:

  • La creatividad política de la acción social, cívica y popular: Bolivia. 1995. La Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos intenta implementar un paquete de programas de desarrollo alternativo cuyo objetivo es detener o disminuir la producción de la hoja de coca en Bolivia. Los productores locales consideran que la sustitución de la coca por otros productos tropicales comerciales es una amenaza a su identidad como ciudadanos bolivianos. El desarrollo alternativo se entendía como una intervención, de tal forma que no era que los productores no quisieran el progreso social y económico, sino que se oponían a la imposición de una política de desarrollo cuya representación era completamente ambigua. Desde la visión geopolítica estadunidense, la cocaína debía ser atacada como parte de un problema mundial y la escala de los productores era estratégica para impedir su expansión. Para los cocaleros la elaboración de la cocaína y su distribución era el resultado de la actividad comercial de grupos económicos y políticos muy poderosos que nada tenían que ver con los campesinos y agricultores bolivianos. La organización social de los cocaleros, al contrarrestar el discurso oficial, emancipa y actualiza una visión crítica de la política, la economía y la influencia de los grupos de poder. El movimiento cocalero, exitosamente, construyó conexiones parciales entre ellos y otros grupos sociales para convertirse en el representante de la sociedad civil en las negociaciones con los funcionarios estatales. El contradiscurso, como proceso que libera imágenes alternativas del cambio social, que construye otros símbolos de identidad, rescató la fuerza de la ciudadanía, estableciendo de valores múltiples, en una gramática definida por el idioma natural de los actores envueltos en la manta de la acción social.
  • Intervención técnica, lo social y el poder de la manipulación: Jinlog, China. Los funcionarios agrícola-forestales locales, a través de la combinación de un discurso para la organización sustentable de la explotación forestal y alianzas políticas con los grupos locales que sustentan el poder, organizan la implementación de un programa nacional de la protección de los bosques naturales en China. Esta forma de intervención, principalmente técnica, crea y reproduce patrones de exclusión social. El uso del enfoque metodológico orientado al actor, nos proporciona una óptica que nos sirve para identificar los aspectos sociales más críticos de la intervención forestal y la falta de capacidad para entender que la manipulación política de los grupos de poder local constantemente interfieren para canalizar los beneficios en su favor y excluir al resto de la población local. Como el caso de China nos muestra, el determinismo de los programas y proyectos técnicos es funcional a la reproducción existente de las relaciones de poder.
  • La movilidad trasnacional y la innovación social: México. J. Fox encuentra que las innovaciones más significativas en la gobernanza rural estaban en las acciones sociales organizadas por los pueblos originarios para ganar su autonomía de las influencias de los partidos políticos tradicionales. Estas situaciones y eventos son presentados por Fox como evidencias de la actividad cívica en espacios locales que abren dominios políticos de los procesos de innovación que emergen en forma paralela a los espacios institucionales, con una ciudadanía que pide rendiciones de cuentas transparentes a las autoridades y las instituciones de gobierno. Según el investigador, el origen de la actividad política de los espacios locales es, en parte, el resultado de la migración internacional. Fox muestra cómo los actores locales con experiencia migratoria, a su regreso a los espacios propios, desafían el viejo estilo de los partidos políticos mexicanos. En otras palabras, la experiencia política es acción social posible de ser reterritorializada en los espacios locales.
  • Los niños secuestrados, crecimiento económico acelerado y el problema social: China. 20 millones de niños quedan postergados por el movimiento poblacional que se está produciendo del campo a la ciudad. Sus derechos básicos de educación, seguridad y medios de vida se ven amenazados por la actual política de modernización acelerada que ha empeorado dramáticamente la calidad de vida de los niños y de la población de la tercera edad. El miedo al fracaso y la ilusión de ejercer la libertad en la China empresarial, contribuyeron a la organización y tolerancia del establecimiento de la esclavitud infantil. Así se comenzó a discutir sobre los grados de incertidumbre de los procesos de transformación económica y social aceleradas. El movimiento ciudadano visualizó el problema que existía, lo calificó como inaceptable y presentó como alternativa la importancia de implementar los derechos humanos universales y la necesidad de que las políticas públicas entregaran igualdad de oportunidades a los actores, sobre todo a los más vulnerables. Este debate abordó los efectos negativos del neo-liberalismo y la mundialización, pero lo más significativo fue la movilización de las emociones.

4. Más allá de las intervenciones institucionales para el desarrollo social

Estudios sobre el desarrollo social y la formulación e implementación de políticas han propiciado, en los últimos años, una apreciación de cómo los actores, cuando están bien informados, son capaces de gestionar interfaces de conocimientos para acceder y redirigir los recursos públicos. Las reglas institucionales intenta promulgar una sociabilidad que facilite la construcción de puentes colectivos, para constreñir la movilización social y las luchas políticas, favoreciendo la organización social segmentada que nos presentan como nuevos espacios de consumo democrático contemporáneo. Aquí no hay creatividad social, solamente una codificación para entender las reglas del juego.

Sin embargo, esto predispone y despliega una multiplicidad de actores sociales que desencantados con la modernidad de la mundialización, participan en protestas y se involucran en conflictos políticos que debilitan las imágenes de integración espacial y de lugares interconectados que, supuestamente, se debieran orientar hacia una cohesión orgánica del bienestar común. De esta forma, la idea de la creatividad social compite con los discursos institucionales existentes de la realidad y el desarrollo de lo moderno como algo exclusivo de la modernización técnica y política.

En este sentido, es la movilidad contemporánea de los actores la que nos sirve como base social para entender la creatividad de la acción social como ensamblaje de conocimientos y experiencias. La reflexión y los aprendizajes que surgen en estos intercambios abren la posibilidad de que los actores visualicen nuevos repertorios de acción social más allá dela relación instrumental basada en la hegemonía y el control integral de las instituciones del Estado y sus procesos de políticas de intervención.

5. Una contribución metodológica a la innovación social

Hay tres términos que son fundamentales para la innovación social:

  • Conocimiento: No se refiere sólo al conocimiento cognitivo, sino también a los afectos, experiencias y competencias adquiridas en la vida de los actores y que se almacenan en el paisaje físico. Para el investigador y para el agente práctico del cambio, esto se recapitula en la necesidad de comprender el lenguaje de los actores y sus categorías sociales, como la familia, la comunidad y las instituciones dentro de un espacio que ellos parcialmente controlan.
  • Actores: Son grupos de personas que actúan en búsqueda de los intereses colectivos y de la construcción de redes sociales. Por tanto, su movilización es imprescindible para entender las singularidades sociales, pero tambiénla concatenación de múltiples factores y actores.
  • Espacio: Múltiples asociaciones de prácticas de la convivencia humana que se materializan en lugares físicos o imaginarios, como el rural y el urbano, pero también el mundo virtual de la televisión y de Internet.

Las interacciones entre el conocimiento, los actores y los espacios no deben ser entendidas como relaciones simples y lineales de causa y efecto, sino como relaciones infinitamente dinámicas y complejas que fluctúan entre las jerarquías de lo establecido y la constante interacción social.

6. El escalamiento de las innovaciones sociales

La perspectiva de la innovación social es una orientación metodológica que plantea que en la acción es donde encontramos la fuerza de la creatividad social. Existen evidencias relevantes para demostrar que en la acción social hay una capacidad creativa que puede ayudar a la formulación de políticas estratégicas con el objetivo de responder al apoyo de la movilización de los actores. Es la innovación social la que nos estimula a repensar la relación conflictiva entre las viejas jerarquías de espacio y la creatividad social de la interacción, pero además, puede ayudar a destacar la importancia de reconfigurar las relaciones de poder entre las escalas locales, nacionales, regionales e internacionales. En definitiva, esta innovación social debe orientarse a resolver problemas reales que los actores entienden como suyos,debe localizarse en los espacios vitales de los mismo y debe estimular la asociación de espacios desde la materialidad deldesarrollo social.

7. Conclusiones

La interacción entre actores, conocimiento y espacios libera la creatividad de la acción social. Las perspectiva de la innovación social es una aproximación metodológica, pero también es una idea de un nuevo diseño político-crítico  y de democracia activa. Ésta sitúa en un mismo plano la creatividad ciudadana, el sector no gubernamental y el sector privado para transformar la manera en que los servicios públicos se organizan, financian y distribuyen sus servicios. El planteamiento central es que hay una potencialidad social en los espacios vitales y la creatividad social se libera a través de la acción.

Todo esto hace sugerir que quizás ha llegado la hora del cambio social creativo y de decir adiós al cambio social racional que hasta ahora ha sido institucionalmente dirigido, puesto que la creatividad se presenta como una propiedad de lo social, no de la lógica ni de la racionalidad de los expertos y, definitivamente, como algo más que la exclusividad de los principios económicos universales.

«La libertad nos permite conocer las cosas de manera anticipada» Roberto Carballo (03-04-2013)

Esta clase fue impartida por el profesor Carballo. El objetivo de la sesión fue reflexionar sobre la responsabilidad individual a la hora de afrontar un trabajo en grupo y su repercusión en los niveles de calidad del mismo. También hablamos de nuestra responsabilidad para con la sociedad y las personas para las que trabajamos. Aunque estuvimos tratando estos temas desde un punto de vista más profesional y científico, lo cierto es que las conclusiones a las que llegó el grupo bien podrían aplicarse a cualquier proceso de cambio social

En primer lugar, hemos de asumir que el compromiso y la responsabilidad son piezas fundamentales a la hora de organizar un buen trabajo de grupo, igual que lo son para organizar cualquier tipo de movimiento social. Tenemos que entender que la culpa no sirve nada más que para entorpecer las labores e, incluso, en el peor de los casos puede conducir hacia el fracaso del proyecto. Para articular estos valores es necesario trabajar conforme a unos objetivos básicos que han de dar unidad y sentido al grupo. Este compromiso ha de ser con nosotros mismos, con nuestros compañeros de trabajo y, sobre todo, con la sociedad, con las personas y grupos que forman parte de ella que son, en definitiva, a quienes dedicamos nuestra labor profesional. Tampoco podemos olvidarnos de nuestro compromiso con el cambio y la calidad. Esta es la verdadera libertad, ser fiel a uno mismo y serlo con los demás.

Sin embargo, tenemos que tener en cuenta que las instituciones, de carácter rígido y vertical, hacen de las personas sujetos conservadores que huyen del cambio y tienden a mantener la estructura. Esto se debe a la imposición del antiguo paradigma, un modelo vertical cuyo poder radica en la centralización de competencias en manos del Gobierno. Nuestro fin es desarrollar un nuevo esquema en el que la herramienta fundamental para la toma de decisiones sea el consenso y el Gobierno se convierta en un ente descentralizado capaz de coordinar ese consenso. En base a estas premisas, nuestro compromiso con el cambio y el progreso social ha de comenzar por nosotros mismos para ir subiendo de escalón en escalón, en un proceso horizontal de abajo hacia arriba.

  • El primer paso, por tanto, sería construir una identidad: conversar con uno mismo, ser coherente y consecuente, ser fiel a las convicciones personales y, a la vez, ser capaz de aprender de los demás, de desprenderse de prejuicios, de crecer en conocimientos y, sobre todo, en experiencias, en relaciones, en intangibles y no en objetos. Se trata, en definitiva y como dijo Carballo, de SER con mayúsculas. Antes de comprometernos con los demás, hemos de firmar un compromiso con nosotros mismos.
  • El siguiente paso entraría en el plano de la voluntad. Sería como pasar de la teoría a la práctica. No somos seres aislados, ni siquiera podemos construir nuestra identidad al margen de los demás puesto que estamos inmersos en una gran cantidad de círculos sociales y nuestra personalidad es el resultado de nuestras experiencias, de nuestras vivencias y de nuestras interacciones. Somos parte de la sociedad, por tanto hemos de comprometernos para hacer de ella algo mejor. El verbo más apropiado para esta fase sería QUERER.
  • Una vez superadas las dos fases anteriores dejaríamos de utilizar verbos de carácter más pasivo para entrar de lleno en el plano de la acción. De nada vale todo lo anterior si, al final, somos incapaces de canalizar esa voluntad y plasmarla en actuaciones concretas. PODER es la palabra y su manifestación es el cambio.

Se entiende, por tanto, que las personas tienen una doble vertiente individual y social que se ha de compensar. Por consiguiente, trabajar en grupo no significa anular las individualidades, un grupo no es una unidad, sino varios individuos que trabajan para construir un trabajo conjunto, la clave está en equilibrar.

Después de hacer estas reflexiones, nos reunimos por grupos para seguir adelante en nuestros trabajos de investigación. El equipo decidió crear una cuadro con distintos ítems para organizar la información recopilada y empezar a extraer elementos en común de las experiencias analizadas. Determinamos que sólo nos interesaban aquellas experiencias que significaran un cambio o innovación, es decir, que se plantearan como una alternativa económica, social, cultural o política y no sólo como respuesta a una necesidad básica de subsistencia. Ambos grupos pusimos en común nuestro trabajo de la jornada y finalizamos la sesión.

«Las cosas no cambian porque nosotros, en el fondo, no queremos que cambien» Roberto Carballo (20-03-2013)

La sesión del 20 de marzo empieza con esta frase extraída del libro «El sol entero», escrito por Nicolás Guillén. Con esta frase el profesor Carballo nos pretende hacer ver que el cambio no es algo que se produzca de manera espontánea, sino que es el resultado de la acción de los sujetos y, por tanto, es necesario que todos nos responsabilicemos y nos comprometamos con él. De nada sirve clamar porque se produzcan cambios sin entender que éstos sólo se sostienen sobre la estructura de una sociedad participativa en la que todos los ciudadanos seamos conscientes de que nuestra colaboración es, no sólo necesaria, sino imprescindible. En definitiva, para que las cosas cambien, hay que empezar por tener no sólo la intención de cambiarlas, sino la determinación de hacerlas cambiar. Si no nos damos cuenta de esto, es que en el fondo, no queremos que nada cambie.

Tras ésta reflexión inicial, el profesor entra de lleno en definir teóricamente el concepto de «grupo». Para empezar, hay que distinguir entre lo que es el grupo natural y lo que es el grupo de trabajo. El primero surje de manera espontánea por diversas razones y con variados objetivos. Se caracteriza por ser instantáneo, inevitable e instintivo por lo que es difícil establecer una sistematización en torno a su tipología. Por el contrario, dentro del segundo grupo podemos encontrar tres subgéneros: la pareja de trabajo, el grupo de ataque-fuga y el grupo de dependencia. El funcionamiento de la primera, como dijo el profesor Carballo, puede asemejarse mucho al de la pareja sentimental, ya que se suele generar una relación de amor-odio que en ocasiones puede favorecer el trabajo y en otras dificultarlo gravemente. El grupo de ataque-fuga se caracteriza por un exceso de agresividad tanto entre los miembros del grupo como de cara al exterior. Por último, el grupo de dependencia es aquél en el que una persona se erige como líder arrastrando al resto del equipo.

En este sentido, muchas veces se ha dicho y, es cierto, que existen determinadas personalidades que, por sus caracterísitcas, habilidades y destrezas intrínsecas, pueden acabar siendo lo que se denomina «líderes naturales», pero también es cierto que la sociedad occidental viene potenciando la creación, el fomento y la ideologización de la figura del líder desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, para que un equipo de trabajo funcione de manera adecuada, es necesario evitar estas posturas llevadas al extremo ya que, si bien es cierto que en determinadas ocasiones es positivo e incluso necesario que exista un director o coordinador que dirija los trabajos del grupo en un mismo sentido, en la mayoría de las ocasiones, un exceso de autoridad puede repercutir gravemente en el método de trabajo y, en consecuencia, en los resultados del proyecto. Asímismo se deben evitar las posturas que se exceden por el otro lado, es decir, se deben evitar las posturas pasivas repartiendo el trabajo y consiguiendo la implicación y el compromiso de todos los miembros del equipo. El objetivo es intercambiar y asociar experiencias y conocimientos para llegar a un planteamiento crítico-constructivo que permita al equipo de trabajo avanzar en sus investigaciones y finalmente generar un trabajo colectivo y de calidad.

Por otra parte, tenemos que tener en cuenta que, en ciertas ocasiones es inevitable la especialización y la división del trabajo, pero esto nunca ha de servir de excusa para romper el conjunto y la unidad del mismo, puesto que un trabajo fragmentado impide construir un producto resultado de la colaboración y, en definitiva, estaríamos haciendo aquéllo mismo que, supuestamente, estábamos intentando cambiar. El grupo es un sistema paradigmático en un mundo eminentemente individualista, en nuestras manos está la posibilidad de hacer del paradigma una realidad, porque como ya hemos señalado el cambio no es un ente abastracto, sino el resultado de la acción, la participación y el compromiso colectivos. Se trata, en resúmen, de cambiar el enfoque actual para dejar de centrarnos en las cosas y empezar a valorar las relaciones, ya que es sólo a través de la interacción humana como se produce el cambio.

Después de terminar con la parte más teórica de la clase, los dos grupos de trabajo constituidos en las sesiones anteriores se reunieron con el objetivo de poner en práctica los aprendizajes adquiridos a lo largo de la hora y media anterior. En nuestro grupo, los distintos miembros manifestamos nuestras consideraciones con respecto al tema, algo que nos ayudó a delimitar más concretamente el objeto de estudio de nuestro trabajo. También se eligieron los lugares en los que se almacenaría la información y bibliografía al respecto y se concretó un plan de trabajo para la semana siguiente. Posteriormente, ambos grupos pusieron en común sus avances de la jornada y también se hicieron algunos comentarios con respecto a la pertinencia de la metodología del trabajo en grupo y a su enorme potencial como método alternativo de trabajo.

Desarrollo y territorio: un enfoque hacia el progreso. Omar de León (13-03-2013)

El sistema productivo capitalista evoluciona a mediados de los 70 desde el fordismo más clásico hacia otros modelos de producción como el toyotismo. De esta forma, las grandes corporaciones, que son las que siguen controlando la producción, empiezan a delegar sus funciones en empresas más pequeñas que son quienes realmente producen. En este tránsito hacia un nuevo modelo, surgen una serie de bifurcaciones que permiten enfocar el proceso de desarrollo desde otros puntos de vista alternativos que no se basan únicamente en el progreso económico.

Entre estas nuevas alternativas destaca el enfoque del desarrollo territorial, en el que el territorio se constituye, a la vez, como receptor de los efectos de la globalización y como emisor de respuestas a sus retos. Para conseguir integrarse en el sistema mundo, las distintas regiones han de aprovechar sus propias ventajas y potencialidades, así como desarrollar un tipo de competitividad que esté basada en la capacidad para desarrollar innovaciones. En este proceso es imprescindible que, tanto las distintas administraciones y empresas, como el resto de habitantes del territorio, sean capaces de revalorizar sus propios recursos culturales, sociales, naturales y económicos e identificar y desarrollar aquellas inciativas que supongan una respuesta imaginativa, racional, equilibrada y dinámica a los problemas por los que ahora atraviesan las regiones menos desarrolladas.

En este sentido, es fundamental aplicar una estrategia de desarrollo territorial integrado que haga compatible la competitividad económica, el bienestar social, la sostenibilidad ambiental y la reducción de los desequilibrios territoriales. Por ello hay que evitar que se imponga una visión sectorial, así como implementar una metodología que sea capaz de realizar los planes de diagnóstico, análisis y diseño estratégico de manera participativa buscando la colaboración y la implicación de todos los actores involucrados en el proceso de desarrollo. Por otra parte, es imprescindible la creación de redes institucionales, empresariales y sociales, así como la aplicación de un buen plan de comunicación que permita la interacción entre dichas redes y el trabajo colectivo.

Las nuevas tecnologías juegan un gran papel en este proceso, pero para que sean verdaderamente efectivas, la estrategia no se ha de limitar a facilitar el acceso físico a los aparatos de nueva generación, sino que ésta ha de basarse en la transmisión y el intercambio de conocimientos. Por último, es necesario que toda esta estrategia derive en la generación de nuevas propuestas y en la puesta en marcha de actividades innovadoras que permitan a las distintas regiones ser autosuficientes aprovechando de manera eficiente y sostenible sus propios recursos.

Como podemos comprobar día tras día, en el modelo socio-económico actual, el conocimiento es el recurso estratégico más importante, de tal forma que las dinámicas de aprendizaje a él asociadas se convierten en procesos fundamentales. Por otra parte, tenemos que entender que el concepto de innovación, en ocasiones excesivamente vinculado a las nuevas tecnologías, aplicado a las ciencias sociales necesita de un enfoque integrado e interactivo que combine los aspectos científico-tecnológicos, socio-económicos, geográficos y culturales.

Por tanto, podría decirse que los territorios innovadores se caracterizan por la existencia de dinámicas de interacción y redes inter-empresarialesy socio-institucionales, por la cooperación entre instituciones, la concertación social o gobernabilidad y la inclusión en redes externas. Entre las actuaciones requeridas para favorecer este ambiente de desarrollo cabe destacar la promoción y el apoyo a las iniciativas empresariales, la generación de un clima de confianza mutua entre los actores que propicie un sentimiento de identidad colectiva capaz de sustentar proyectos comunes y la movilización de las comunidades locales a favor de objetivos estratégicos de carácter colectivo.

En definitiva, para propiciar el desarrollo territorial es necesario potenciar procesos de aprendizaje colectivo que generen comportamientos innovadores, la creación de redes socio-institucionales que permitan llevar a cabo proyectos comunes y el interés por los propios recursos que posibiliten su puesta en valor. Como ya señaló hace años Ortega y Gasset «el progreso no consiste en aniquilar hoy el ayer, sino, al revés, en conservar aquella esencia del ayer que tuvo la virtud de crear ese hoy mejor».

 

Metodología de los grupos de trabajo

GRUPO, VALORES Y CONOCIMIENTO

El grupo y la comunicación son dos elementos fundamentales en la arquitectura del modelo de innovación. Pero tenemos que tener en cuenta que el grupo es un instrumento tan potente como frágil para producir conocimiento, ya que se asienta en una serie de valores que no siempre están explícitos, pero que juegan un papel fundamental en las actitudes y relaciones del grupo.

Por tanto, en los momentos iniciales de la constitución de un grupo y en sus primeras reuniones, es importante trabajar sobre los elementos que producen integración y coadyuvan a crear un lenguaje común construido con arreglo a los valores considerados positivos para el desarrollo grupal. Algunos de los valores imprescindibles son:

  • Sentido: El grupo ha de tener un horizonte, unos objetivos y una conciencia del itinerario a seguir. Estos tres elementos refuerzan la identidad y orientan los esfuerzos del grupo en la dirección comúnmente reconocida como correcta.
  • Compromiso: La implicación de los miembros es esencial y condiciona los resultados de trabajo. Se define por la actitud de los participantes, su interés y por los elementos de motivación que puedan inducirse en el desarrollo del trabajo en común.
  • Respeto: Se manifiesta en la forma de relacionarse, en las actitudes cuando intervienen otras personas o en la forma de rebatir las ideas o de discrepar. En un buen trabajo de grupo no se confrontan personas, sino puntos de vista, opiniones e ideas.
  • Conciencia de límites: Significa asumir nuestras virtudes y nuestros defectos. También se aplica a nuestros conocimientos, asumiendo que es mucho más lo que no sabemos que las certezas que podemos exponer. Asumiendo de forma natural estas limitaciones, las relaciones se hacen más fáciles y necesarias para construir un conocimiento y un proyecto colectivo.
  • Responsabilidad: Es un valor que se relaciona con la profesionalidad. Los errores nos hacen responsables profesionalmente para mejorar, nunca culpables de las consecuencias. La culpa nos hace vulnerables y dominables, por lo que es un sentimiento muy poco propicio para el establecimiento de relaciones maduradas y orientadas al aprendizaje.
  • Positividad: Este valor alude a la importancia de extraer de los demás y de sus aportaciones los elementos que suman en el trabajo común y no aquellos que restan, confronta o dividen. Se trata de desarrollar la capacidad de encontrar en los demás elementos que complementen y potencien las percepciones propias, de forma que el trabajo del grupo sea cada vez más amplio, denso y orientado al problema común.
  • Contrastación: Es la síntesis de las distintas percepciones que existen en el grupo sobre cualquier cuestión. Se obtiene de pasar por el pensamiento grupal las ideas que surgen por parte de sus miembros.

ROLES DENTRO DEL GRUPO DE TRABAJO

Sobre estas premisas es más fácil trabajar con otros, pero además existen tres roles fundamentales en la dinámica grupal. En primer lugar el del miembro del grupo, cuyo trabajo debería ser espontáneamente realizado de acuerdo con los valores esbozados más arriba.

En segundo término el rol de observador, que se fundamenta en el mantenimiento de una posición objetiva respeto del desarrollo de la reunión. Su labor es reseñar los aspectos fundamentales de lo que ocurre de manera que, al final, pueda devolver al grupo el contenido esencial de los sucedido. El resultado del trabajo grupal es tan rico como volátil y si no se recoge convenientemente termina por diluirse en las excitadas memorias de los participantes.

En tercer lugar debemos señalar el rol del director. La dirección es la tarea más compleja, ya que su ejercicio debe atender a diversas y muy complejas variables en las que se condensa la teoría y la experiencia, y condiciona fuertemente la evolución y los resultados del trabajo grupal. Su cometido esencia es mantener al grupo en la ruta de trabajo programada y, para ello, no debe olvidar que cuenta con el apoyo del observador. Así, por una parte de llevar a cabo una labor de integración al grupo, evitando los enfrentamientos, las faltas de respeto o los ataques a la totalidad del trabajo o a los valores fundamentales sobre los que se sustenta el trabajo en equipo. Tiene también que centrar la tarea, impidiendo las digresiones o fugas del tema central del trabajo. Y por último, ha de facilitar la participación, asegurándose de que todos los participantes intervengan en la construcción del trabajo común.

En cualquier caso, la rotación de los roles para que pasen por ellos todos los miembros del grupo y no se fosilicen en determinadas personas es una condición muy importante para el desarrollo de los grupos.

ITINERARIO ESTRUCTURAL

Son las fases esenciales que forman parte de un proyecto. Es una espiral en el que el punto de llegada es cualitativamente mejor que el de partida y así sucesivamente en un proceso de mejora inacabable:

  1. Búsqueda de información: Fuentes primarias y secundarias.
  2. Análisis de la información: Realización de un diagnóstico y una primera explicación sobre causas de la situación.
  3. Plan de acción y realización: Acciones programadas.
  4. Evaluación: análisis de la ejecución del plan, evaluación de sus resultados y reformulación del proyecto para iniciar una nueva acción.

TÉCNICAS

Son las diversas modalidades de trabajo grupal, que simplificándolas pueden quedas reducidas en dos grandes tipos:

  • Grupo de discusión: Se trata de un grupo de 15 a 20 miembros. Sus características lo hacen muy apto para el análisis, la aportación de diferentes perspectivas, la creación de ideas para la solución de problemas, el debate y la síntesis de las ideas o situaciones propuestas, la integración de conclusiones, etcétera.
  • Grupo de trabajo: Está formado por 4 ó 5 miembros. Presenta una especial capacidad para analizar en profundidad un tema definido y jerarquizar las opciones que plantea.

En cualquier caso, los grupos de discusión y los grupos de trabajo son técnicas complementarias que han de combinarse para extraer el máximo jugo de ellas.

ELEMENTOS EXTERNOS

Finalmente, debemos mencionar algunos aspectos que se encuentran fuera de nuestro alcance, pero cuya existencia condiciona la evolución del grupo y los resultados de la actividad.

  • El entorno: Es el ambiente en el que se realiza el trabajo en grupos. En ambientes en los que prevalecen pautas de organización y comportamiento muy tradicionales, rígidas y burocráticas es, en principio, más difícil trabajar en grupos.
  • La heterogeneidad: Generalmente a mayor heterogeneidad entre los miembros del grupo, mayor riqueza existe en el tratamiento de los asuntos.
  • Motivación-participación: Repercute en la integración, la implicación, la asunción de responsabilidades y la calidad del trabajo. La motivación se estimula mediante la asignación de responsabilidades y el reconocimiento del trabajo realizado.
  • Capacidad de comunicación: Los grupos cuyos miembros tienen posibilidad de encontrarse y realizar tareas al margen de las reuniones de conjunto, están en mejores condiciones de desarrollarse.

Todos estos elementos contribuyen a desarrollar el trabajo en equipo. Nuestra tradición intelectual nos remite a individuos, a genios o a sabios individuales, pero todos ellos desarrollaron sus aportaciones en grupos más o menos formalizados y sus resultados son en buena medida destilados de los grupos a los que pertenecieron, por lo que es necesario revalorizar las potencialidades del grupo para construir nuevos proyectos que se basen en la colaboración y la cooperación y, en definitiva, en la reconfiguración de la estructura social.

«El cambio sólo se produce cuando se tiene en cuenta al otro». Roberto Carballo (06-03-2013)

La sesión de este día fue impartida por el profesor Roberto Carballo, que quiso dar comienzo a la clase citando a Ernesto Sábato: «El otro no es consultado». A partir de esta frase, comenzamos a reflexionar acerca del papel del otro en los procesos de desarrollo y sobre la necesidad de construir una nueva estructura social que se base en la cooperación y el trabajo en equipo. Hacemos un brainstorming para acotar el significado de la palabra innovación y así surgen otros conceptos como necesidad, escasez, intercomunicación, acción, pensamiento, ciencia, sentido, participación, conocimiento, intercambio, grupo o método. Seguidamente, intentamos organizar estas ideas.

En resúmen llegamos a la conclusión de que la innovación surge como resultado de una demanda personal o colectiva que manifiesta un determinado actor o actores sociales ante una necesidad concreta. La innovación ha de desarrollarse dentro del marco de un proyecto que ha de tener un sentido y guardar coherencia tanto interna como externa. Por tanto, se requiere de un minucioso análisis de la realidad y también de una comunicación de calidad que empiece por uno mismo y se amplíe hacia el otro.

Una vez acabada la parte más teórica de la sesión, los alumnos se dividieron en dos grupos de unas cinco personas. Dentro de cada grupo, uno de los miembros se dedicó a desempeñar el papel de observador y el resto fueron planteando distintos posibles temas sobre los que les gustaría investigar. Una vez recogidas las inquietudes investigadoras de los alumnos, el profesor pidió a cada grupo que seleccionara dos temas para presentarlos ante el resto de la clase. Los cuatro temas se asociaron en dos más amplios y los alumnos eligieron en función de sus preferencias la cuestión sobre la que querían trabajar. Este ejercicio práctico nos sirvió para abordar con relativa rapidez los problemas que pueden surgir a la hora de realizar un trabajo en grupo.

Territorio y economías alternativas (José Luis Coraggio)

1. Territorio, sociedad y comunidad

El territorio apela a la complejidad y a la riqueza de lo real y, en consecuencia, resalta la necesidad de superar las aproximaciones cerradamente disciplinarias sobre la realidad social. El territorio es un todo que aglutina lo político, lo social, lo económico, lo cultural y lo ecológico, un espacio determinado por unas características concretas pero que, inevitablemente, se ve afectado por los efectos de la globalización. En este sentido, es fácil entender que la relación entre economía, región y territorio es clave para el progreso social.

2. Concepto de economía

El comportamiento humano se explica por combinaciones no universales del interés egoísta, la obligación, el cálculo, la espontaneidad, la solidaridad y otros móviles culturales. La economía podría entenderse, por tanto, como el sistema de normas, valores, instituciones y prácticas que se da históricamente una comunidad o sociedad para organizar el metabolismo seres humanos-naturaleza mediante actividades independientes de producción, distribución, circulación y consumo de satisfactores adecuados para resolver las necesidades y deseos de todos, definiendo y movilizando recursos y capacidades para lograr su inserción en la división global del trabajo. Sin embargo, esta es sólo la definición genérica del término economía. En la práctica, el concepto admite tantas variantes como formas distintas hay de entender la estructura social y el mercado de trabajo.

Así vemos como la omnipotente Economía de Mercado no es más que la respuesta neoliberal para organizar la realidad social y perpetuar el poder de la clase dominante, un modelo impuesto y construido por la acción de Estados Nacionales que usaron la violencia para liberar personas y recursos y facilitar, así, el tránsito entre los modos de producción. En este sistema, la resolución individualista de las necesidades y la diferenciación que lleva a la explosión de los deseos, devienen en un consumismo irracional y en un aislamiento social que impide el desarrollo comunitario.

En contraposición, surge lo que se conoce como Economía Social y Solidaria, que se sustenta sobre el reconocimiento y la potenciación de las prácticas de trabajo mercantil autogestionado y del trabajo de reproducción de las unidades domésticas y comunidades mediante la producción de valores de uso y de admitir que la inclusión por vía del empleo en el sector capitalista ya no es una opción factible para las mayorías. Este modelo aboga por una economía del buen vivir que incluya asumir y disfrutar de las conductas solidarias con las condiciones de buena vida de los otros, rechazando la indiferencia individualista que potencia el utilitarismo posesivo. Resulta obvio que para conseguir un pleno desarrollo de este modelo es imprescindible la colaboración entre los sectores público y privado, así como la participación activa de los miembros de la sociedad.

3. Economía Social y Solidaria en un sistema económico mixto

El autor del texto, José Luis Coraggio, afirma que incluso dentro de un sistema tan individualista como el neoliberal, hay innumerables formas solidarias de encarar la organización del trabajo y los recursos de los trabajadores para resolver necesidades en común. Las cooperativas, las asociaciones, las redes y las comunidades constituyen espacios de colaboración y desarrollo económico y social que son, en definitiva, la base del progreso socio-económico. Según Coraggio, hay cinco principios que son imprescindibles para la integración de la Economía Popular y Solidaria en el actual sistema económico: la reproducción doméstica, la reciprocidad, la redistribución, el intercambio y el plateamiento participativo de la economía.

4. Economía comunitaria

Al abrigo de las ideas anteriores, el paradigma de la Economía Comunitaria se platea como una propuesta con pretensión de universalidad para toda la economía y para todas las sociedades. Este modelo defiende la propiedad colectiva de los recursos y el usufructo privado de los mismos y con respecto a los bienes públicos los concibe como una contrapartida por la participación colectiva.

5. Territorios y regionalización

El significado del territorio se construye desde las comunidades o sociedades humanas que los experimentan como su ambiente. Por otra parte, el territorio es el espacio vital y de desarrollo de la vida humana, por lo que las regiones socio-históricas son el resultado del desarrollo del metabolismo y el mundo espiritual de las comunidades o sociedades. En la actualidad, hay distintos elementos que actúan como organizadores del espacio y de la comunidad: el Estado, que se erige como el principio jerárquico territorial de organización, el capital, que es el principio de organización ubicua en lo físico y los sectores populares y los sectores populares, que tienen una territorialidad propia pero está supeditada a la reproducción de la fuerza del trabajo asalriado y el poder estatal.

6. La regionalización transformadora y la economía alternativa

En esta última parte del texto, el autor aboga por la aplicación de un nuevo enfoque de desarrollo social basado en el territorio, que se convierta en el motor de cambio de una nueva economía social que sea respetuosa con los valores culturales, naturales, políticos y económicos de cada sociedad y que, a la vez, redunde en un sistema más justo para todos. Según Coraggio, la nueva territorialización ha de contribuir a crear una sociedad donde quepamos todos, donde se institucionalicen la responsabilidad y la solidaridad. Esta trama de regionalizaciones se debe enmarcar en territorios, de manera que se pueda realizar una gestión responsable de la relación economía-naturaleza. Para ello es imprescindible que se produzcan una revolución social y una transformación cultural que deriven en un Estado plurinacional e intercultural basado en las simetrías de poder.

Del desarrollo industrial al desarrollo territorial. Omar de León (27-02-2013)

En la primera sesión impartida por el profesor Omar de León el objetivo fue definir el término innovación y determinar cuál es su grado de influencia en el desarrollo social y económico de los territorios y las comunidades humanas que en ellos habitan.

El proceso de innovación empieza a tomar importancia tras la II Guerra Mundial, cuando las grandes empresas transnacionales se dan cuenta de que puede ser aprovechado para rentabilizar aún más sus negocios. En este momento, en el que se había impuesto el esquema fordista de producción masiva de bienes indiferenciados y en el que las economías son de carácter semicerrado y están basadas únicamente en el desarrollo interno, la innovación es concebida como una herramienta para abaratar el proceso de producción, aumentar las ventas y ampliar el margen de beneficios. La tendencia es a la homogeneización, a la estandarización de técnicas y productos y a imponer un modelo de desarrollo unitario que sólo beneficia a las grandes potencias mundiales. En definitiva, se estimulan la oferta y el consumo masivo, pero rápidamente empiezan a generarse excedentes de producción desatándose una grave crisis a todos los niveles que pone en cuestión la legitimidad de este modelo.

Con la llegada de los 70, el toyotismo sustituye al fordismo, surgiendo nuevas prácticas empresariales como el estudio y la segmentación de mercados, las estrategias de márketing o la descentralización productiva. Con este reajuste productivo se generan nuevas bifurcaciones que se materializan en la aparición de las PYMES, pequeñas y medianas empresas que articulan su estrategia en torno a los denominados «nichos de mercado». Algunas de ellas empiezan a aplicar un enfoque de desarrollo local basado en la importancia del territorio y de sus recursos naturales y humanos, y en el peso de la cultura y las características particulares de cada sociedad en el progreso común. Surge un nuevo proceso innovador que se materializa en distintas experiencias que, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, no buscan la homogeneización, sino la adaptación del proceso de producción y la especialización de la oferta en función de las características locales.

Como ejemplo, el profesor comentó el caso de Emilia Romagna, una región situada al nordeste de Italia con capital en Bologna y en la que se desarrollan trece actividades económicas fundamentales. Ante esta realidad se plantea la creación de un Instituto Tecnológico cuya labor sea la de poner en contacto a la Universidad con las distintas empresas. Así mismo, se ponen en marcha las Agencias de Desarrollo Local, órganos de carácter técnico orientados a facilitar la comunicación entre los actores implicados en el emprendimiento.

En definitiva, el objetivo es optimizar los recursos de cada sociedad para satisfacer sus necesidades y, para ésto, es imprescindible realizar un diagnóstico socio-económico del territorio que sea participativo y cuyo resultado sea el correcto diseño de un plan de innovación adaptado a las características de cada territorio y de cada grupo social. Cada caso es distinto y por eso hoy en día la innovación es la clave del desarrollo, pero para que este proceso funcione es necesario no sólo tener en cuenta las necesidades de cada sociedad, sino hacer que sus miembros practiquen un ejercicio de reflexión colectiva en el que sean ellos mismos quienes identifiquen sus necesidades, sus fortalezas y sus debilidades, los valores de su cultura, los recursos naturales, humanos y económicos de que disponen y las alternativas a las que optan para tomar las riendas de su propio desarrollo.